Hoy en día, las luces de fondo parecen ser una característica estándar en los relojes, pero no siempre fue así. Hasta principios de los años 90, no había una manera sencilla de leer un reloj en la oscuridad.

Timex presentó una solución a este frustrante problema con su función de retroiluminación INDIGLO®. La invención fue la siguiente en una serie de funciones de relojería pensadas e innovadoras diseñadas por Timex para responder a las cambiantes necesidades de los consumidores.

Tras el exitoso lanzamiento del reloj Timex® Ironman® Triathlon®, que se convirtió en el reloj más vendido en Estados Unidos al año de su lanzamiento, la empresa comenzó a explorar otras innovaciones que pudieran cubrir las carencias del mercado. Si bien la medición eficiente del tiempo y la resistencia al agua fueron dos áreas principales desarrolladas por Timex, consideró que las luces de fondo eran una nueva característica funcional que los consumidores buscaban.


Los investigadores de Timex habían estado experimentando con la tecnología electroluminiscente en diferentes aplicaciones de consumo y decidieron probarla en relojes. En 1992, Timex lanzó una serie de relojes digitales y analógicos con una nueva función de retroiluminación INDIGLO®. Las esferas de estos relojes INDIGLO® estaban cubiertas con una fina película de papel que actuaba como una bombilla cuando se encendía con energía de la batería.

La intuición de Timex era correcta: la retroiluminación INDIGLO® fue un gran éxito.

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